En el ultimo episodio (leer aquí), la reina
había logrado permanecer en su mandato gracias al esfuerzo del mismo pueblo, y
de algunas alianzas con algunos ricos y miembros de la nobleza, a quienes ahora
debía favores. Es sabido ya que mientras un grupo de los rebeldes del pueblo
sigue reclamando porque se les reconozca sus gastos en la campaña (nunca
lograron democratizar la batalla, esto es un reino, no una democracia), la
nobleza que apoyó sigue negociando los títulos nobiliarios y otros favores,
incluyendo algún extranjero de Yanquilandia y a aquella recordada hija de
mercaderes que sucumbió en elecciones frente a la actual reina. Es sabido que
estos últimos aprovecharon que todos estaban ocupados en salvar a la reina y no
a sus colaboradores, para en una jugada maestra sacarlos del Consejo Real.
Decíamos en el anterior episodio,
que el viejo rey sonreía por dentro, había sacrificado a su príncipe, pero no
le importaba este debilitamiento de la reina le venía bien, y seguramente
también el fortalecimiento de la orden de la otrora candidata, ya que con
certeza, los viejos defensores de los ricos no entenderían lo que la reina
decía querer hacer en la urbe, e hicieron lo que sabían hacer: gobernar para
los ricos dándole al pueblo las migajas que reclamaban, a la usanza del viejo
rey.
La reina Admigdalitis recién
empieza a darse cuenta que a quienes consideraba aliados estaban en realidad
con el lado oscuro, a pesar de lo evidente que era meses atrás, pero ella y
algunos fieles se reafirman en que era necesario para mantener el reino. Se
mantienen algunos aferrados a dicha creencia, a pesar de haber perdido la
batalla legal por conservar a los concejales, a pesar de la actitud con que
fueron recibidos por la oposición sus accesitarios, a pesar que en nuevas
elecciones se convirtieron en minoría en el Consejo. Los hijos de Admigdalitis, los gemelo que
dieron la batalla final con los rebeldes no volverán al poder en un tiempo, en
definitiva no era esta la ansiada generación que salvará la galaxia.
Otros abrieron los ojos al ver
que habían pactado con los Siths y fueron tildados de radicales, por lo que el
Maestro de la Joda ahora buscaría la unidad con quienes asumieran el discurso
de victoria de la reina, pidiendo moderación a quienes señalaban que era solo
un triunfo pírrico. Una unidad caprichosa la que consiguió nuestro verde líder
a través de esta nueva contienda electoral, donde si bien se unieron perro,
pericote y gato, se ingresó a una batalla permanente que durará al menos tres
años más, desgastando al pueblo fiel que siguió empeñando esfuerzo, tiempo,
monedas y viajes a caballo para que los discípulos de Joda accedan al poder.
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Al final,no nos acordamos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos. Martin Luther King. |
La historia de esta galaxia no es
de traiciones, los Sith hacen su juego como saben hacerlo. La historia de esta
galaxia es de malos cálculos de quienes por conservar formalmente el poder,
acaban por perderlo en los hechos, o por no utilizarlo para lo que es realmente necesario.
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