La real ideología del mal.


Lima ha enfrentado sus peores elecciones municipales en lo que a derechos de personas LGTBIQ+ y mujeres en su diversidad se refiere, resaltando mucho "en su diversidad" (social, economica, étnica, cultural, procedencia, etc.).

Había tres candidatos con denuncias de agresión como resaltó alguna ONG. Pero ellos no eran la opción más peligrosa. El más peligroso es el alcalde electo. Me explico:

Desde los estudios de Hannah Arendt sobre el nazismo, entendemos que hay una "banalidad del mal", agresores que lo hacen por la presión social. O en este caso por el contexto socio-cultural que avala las agresiones hacia las mujeres y hacia los/las hijos/as, y más en contexto de un conflicto armado que es el supuesto caso de Urresti. La línea hacia la violencia psicológica también es delgada para traspasar, lo que no la hace menos condenable, pero sí explicable. Lo de Alegría contra su hijo, se agravó por su respuesta negacionista, conspiranoica y de revictimización hacia su hijo, mostrando que no solo es un agresor, sino alguien que no tiene capacidad de controlar sus emociones, y por tanto incapacitado para gobernar.

Pero lo del Señor López, alcalde electo, no es una conducta avalada socialmente, es el PROMOTOR DE AVALAR SOCIALMENTE las agresiones. Es decir, volviendo a Arendt, es un ideólogo, mientras los otros operadores de la ideología. Porque la verdadera ideología es la malinterpretación del cristianismo que promociona López. Una ideología que no da cabida a las diversidades, o peor las jerarquiza, siendo mejores las personas que siguen sus pensamientos, y peores quienes simpatizan con las izquierdas, mejores el empresariado y peores quienes trabajan para el Estado (como él lo hará desde el primero de enero), pobres criaturas las personas empobrecidas "de los cerros" que necesitan "ollitas", para quien no hay desigualdad ni racismo y todo se resuelve con amor.

El paternalismo y la condescendencia son formas de discriminación también.

Estas respuestas deslegitiman las luchas de pueblos indígenas y afroperuanos, como de las personas empobrecidas, sin techo y otras, pues les dicen que no hay desigualdad, que no es necesaria una política pública para mejorar sus condiciones, solo paliativos y comprensión. Es como si en tiempos de esclavitud se pretendiera resolverlo regalando ropa de moda, que una persona con cáncer solo necesita una peluca nueva, o como si la pobreza se resolviera poniendo una playa artificial.... ah, ¿qué eso sí lo dijo?
 
Él piensa que por estar enamorado de un personaje bíblico como María, madre de Jesús, tiene mejores criterios técnicos que docentes, psicólogos, historiadores y científicos sociales para definir lo que las infancias y adolescentes deben aprender sobre el origen de la vida, la sexualidad y la ética a la que él define desde su particular sesgo religioso, y no desde el consenso construído por la humanidad y los países en democracia, y que se conoce como derechos humanos, válidos para todos, sin distinción de credo.

Tal vez el Sr. López no tiene una denuncia por agresión porque sus víctimas están tan ideologizadas que no son capaces de identificar la violencia de la que son víctimas, como se ve en innumerables casos de sectas y en el caso peruano del sodalicio. Tal vez, es mi hipótesis, a partir de la experiencia que tengo sobre violencias.

Por eso él era la peor opción, peor incluso que los otros tres agresores en contienda, que eran seguidores de una cultura de la violencia, no sus ideólogos. Lamento no haberme dado tiempo antes de escribir antes, pero advertidos estamos.

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