Unión civil: ideas homofóbicas irracionales y un derecho innegable.

Luego de leer algún artículo de psicólogos, queda claro por qué no se comprende bien esta profesión y sus corrientes. La psicología cognitiva surge en contraposición de las explicaciones psicoanalistas ortodoxas por momentos naturalistas y deterministas. Los llamados culturalistas criticaron la “universalidad” de los procesos psicológicos, pero además surge el conductismo que desde una epistemología más positivista rechaza la psicodinámica por no ser observable, y señala que los procesos ocurren en una caja negra. Ahí surge la corriente cognitiva (con sus matices), que abre la caja negra, explicando el comportamiento desde los pensamientos. Este sería un rápido resumen de un curso de dos semestres de primer año de psicología que quizá el colega Dante Bobadilla ya olvidó, cuando cree que existe algo como una “institución social natural”.

Para explicar o invalidar la demanda de las personas LTGBI al matrimonio desde una postura cognitiva, primero hay que señalar que ha aprendido este colectivo, buscando pensamientos irracionales, erróneos o mandatos que han interiorizado y que les afectan. Todos esos “deberías” han sido impuestos por la sociedad y su cultura, y en realidad el movimiento LTGBI ha entrado en un proceso de deconstrucción de esas ideas en un complejo proceso que involucra al resto de la sociedad que considera que mandatos como que “el homosexualismo es una enfermedad”, “los homosexuales no tienen deberes familiares”, “el matrimonio es solo para procrear” son nocivos para la salud mental de toda persona (más allá de si es LTGBI o heterosexual) y sociedad.

Más allá del desacierto epistémico y lingüístico de sostener que existe algo como una “institución social natural”, ya que toda institución es social, y si es social, no puede ser natural; el colega Bobadilla basa su argumentación desde dos supuestos errados: (1) que el matrimonio es para cumplir deberes hacia los hijos; y (2) que los homosexuales y solteros no tienen hijos. Todo psicólogo cognitivo sabe que la terapia cognitiva tiene como eje central el debate de argumentos para  deconstruir, rebatir, extinguir, desaprender aquellas ideas que sustentan por ejemplo una obsesión o fobia. Por ello, se rebatirá ahora rápidamente ambos supuestos para ayudar a quienes piensan así a superar la terrible ideología que es la homofobia.

El matrimonio es una institución social creada por la cultura occidental cristiana, (que fue la primera en impulsar la monogamia en el mundo), sobre todo para preservar los bienes. En muchas culturas el cuidado de los niños es de toda la comunidad, y no es hasta hace poco más de un siglo que se reconoce la etapa de la infancia, y hace menos de medio siglo los derechos del niño. La relación entre la responsabilidad por los hijos y el matrimonio, surge de la práctica social de forzar al matrimonio a aquel varón que embarazaba a una mujer, debido a ello existía también la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos, siendo todo parte de la protección de bienes y herencia por la dote aportada por la mujer. La misma sociedad luego reflexionó y modificó sus normas a través de leyes para que los hijos dentro y fuera del matrimonio tengan los mismos derechos, y hoy existen matrimonios que no se trazan la meta de procrear, y padres que cumplen con proteger sus hijos sin casarse. Ambas situaciones son socialmente aceptadas actualmente, no es una moda, es parte de la dinámica de cambio permanente de las sociedades y culturas.

Ya se señaló que personas solteras tienen hijos y no requieren del matrimonio para cumplir con la protección legal, económica, social y afectiva hacia los menores. Para no hacer terapia de shock no se argumentará ahora a favor de la adopción de parejas homosexuales. Un hecho real es que hay muchos hombres que por temor a la condena social se casan y tienen hijos, pero mantienen una pareja del mismo sexo, lo mismo infinidad de mujeres lesbianas que son madres, y mejor no mencionar los casos de trans masculinos que son madres o trans femeninas que son padres.

Las ideas rebatidas, afectan a la felicidad y salud mental de quienes las creen porque el enfrentar la realidad les produce pena, ira, desconcierto y reacciones violentas, queriendo que las personas LTGB se adecúen a sus creencias, lo que resulta tan irracional como querer que el mundo se vuelva plano, solo porque no nos hemos enterado de que es redondo.

Las demandas de unión civil y matrimonio igualitario son totalmente racionales y justas, no son una moda pasajera, son parte del dinamismo cultural por una sociedad justa. Alcanzar estos y otros derechos para la población LGTBI permitirá una convivencia más productiva, justa y armónica para toda la sociedad, permitiendo gozar de bienestar a parejas homosexuales, heterosexuales y sus hijos.


PD: No soy ni he sido terapeuta, pero tengo formación en terapia racional emotiva por el ITRE, en nivel inicial. Otro día rebato los argumentos desde la teoría psicodinámica dirigida a Maestre.

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