Nuestros héroes civiles de la democracia II: La gesta de los partidos de hoy

La gesta de los partidos de hoy

Si algo tenían en común las dos fuerzas que llegaron a la segunda vuelta el 2011, era su reiterativa diferenciación respecto de los “partidos tradicionales”. La mayoría entendemos por partidos tradicionales a aquellos fundados y forjados el siglo pasado: AP, PPC, APRA, IU y los partidos de izquierda que este último aglutinó. Les llamamos tradicionales pese a su corta existencia, ya que ignoramos sus orígenes, y las vidas que ello costó.

Es irónico que dos gobiernos apristas no hayan sido capaces de incorporar en el currículo y textos de historia la lucha que sus militantes de antaño (aquellos que se consideraban a sí mismos revolucionarios y de izquierda) desarrollaron para defender su ideología frente a un régimen antidemocrático. Enfrentaron persecución y asesinatos a mártires que no debieran ser solo de un partido cuya cúpula traicionó los ideales por los que entregaron sus vidas.

Cada peruano debería conocer el asalto a Trujillo y el fusilamiento sin preguntas de casi un millar de trujillanos pedestres contra los muros de Mansiche y la ciudadela de Chan Chán así como sus nombres). Deberíamos conocerlos y apropiarnos de los principios por los que dieron la vida, reivindicándolos ya que su partido solo les reivindica hacia adentro, pero hacia fuera ha pisoteado sus cadáveres al aliarse con sus verdugos, opositores políticos y dictadores como Fujimorismo, vendiéndose a precio de oferta al imperialismo.

Aquellos apristas, antes que apristas fueron peruanos, que creían en la democracia, el poder popular, la revolución y la distribución equitativa de la riqueza y el poder, y entregaron sus vidas por la defensa de una ideología, un partido y un líder que defendían dichas creencias. Hoy, les quieren condenar al olvido al monopolizar su memoria, como si ellos hubieran muerto por la tesis del “Perro del hortelano” de García o por el remedo de partido que es hoy el APRA.

No propongo tragarnos un sapo, propongo revisar un hecho histórico en su contexto y aprender de sus verdaderos actores, no de quienes hoy han secuestrado su memoria para constituir una cúpula que desarrolla la antítesis de los ideales de los héroes y heroínas de las gestas trujillanas.

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