Nacer diferente (Día internacional contra la Homofobia y Transfobia)

El Congreso peruano ha decidido brindarnos un "regalo" anticipado por el 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia con la Ley  32331 que restringe los derechos principalmente de la población transexual, pero que por la ignorancia puede afectar también a la población homosexual. 

En una línea, puede decirse que las personas homosexuales se sienten atraídas por las personas de su mismo sexo, pero se identifican con el sexo que les fue asignado al nacer, mientras que las personas transexuales (y no binarias), más allá de hacia quiénes se sientan atraídas, lo que las caracteriza es que no se identifican con el sexo que les fue asignado al nacer. Son mujeres trans, quienes asumen una identidad de género femenina. Y son hombres trans quienes se identifican como varones. No son personas disfrazadas porque los cambios en sus cuerpos y vestimenta son permanentes. Y sí, hay hombres trans que ahora tendrán que entrar al baño de mujeres. Gracias a nuestros ignorantes congresistas.

Por estas razones, a continuación se presenta un artículo informativo, basado en información científica desde la psicología, la biología, la génética y la neurociencia, para explorar las causas de la diversidad sexual, enfatizando en que no es ni una decisión, ni una perversión.

Aunque todavía no son concluyentes los estudios sobre las causas de la diversidad de identidades y orientaciones de género, sí se ha logrado descartar dos hipótesis. Lamentablemente en el imaginario popular y algunas confesiones religiosas no se han enterado (o no se quieren enterar) de ello:

No es una enfermedad.

Lo primero que se descartó es que se tratara de un trastorno, problema o enfermedad de índole psicológico o psiquiátrico. Ya en la década de los setenta, Evelyn Hooker concluyó a partir de un estudio comparativo que no había síntomas de problemas psicológicos en las personas gays. Y tras diversos estudios a lo largo de dos décadas, finalmente el 17 de mayo de 1990 se retiró la homosexualidad del listado de enfermedades mentales del CIE (manual diagnóstico médico).

Posteriormente, el 2009, una investigación con más de 150 mil sujetos y dos años de duración determinó que las llamadas terapias de reconversión, lejos de lograr su propósito, pueden generar depresión y tendencias suicidas.

No se puede enseñar.

El origen no parece ser ambiental, por tanto ideas como que una clase, un libro o una película pueden “volver” a una persona homosexual o transgénero ya han sido descartados. Hay numerosos estudios en psicología, neurociencia y sociología que refutan la idea de que la homosexualidad sea causada por la exposición a contenidos culturales o sociales. Entre ellos, destacamos un estudio longitudinal del 2006 en el que se concluye que la orientación sexual no puede explicarse simplemente por factores sociales o familiares de la infancia.

La American Psychological Association (APA)[1] afirma que la orientación sexual no es algo que una persona elija, ni se puede cambiar voluntariamente. No hay pruebas científicas creíbles de que la orientación sexual esté determinada por factores culturales o sociales.

Además, quienes crecieron en Perú en las décadas de los setenta, ochenta y noventas consumieron programas de televisión con innumerables personajes travestidos, y la mayoría creció heterosexual, pese a estos modelos, por lo que podemos confirmar este dato científico desde nuestra propia vivencia.

 

Entre la genética y lo congénito.

Por tanto, al descartarse las hipótesis des una enfermedad o algo adquirido (mucho menos elegido), el debate científico está entre posibles causas biológicas, genéticas y congénitas (durante el embarazo).

Del lado de la genética, los estudios sobre personas intersex (antes mal llamadas hermafroditas) ofrecen indicios sobre la variabilidad cromosomática. Por ejemplo, una persona puede ser físicamente de un sexo (hombre con pene o mujer con vulva), pero cromosomáticamente ser lo contrario, e ignorarlo hasta realizarse un examen genético, que muy pocas personas se realizan.

También hay casos como el de la atleta Semenya, nacida mujer, con cromosomas femeninos, pero con un nivel de testosterona elevada que afectan sus rasgos. Es cierto que ello puede ser una ventaja competitiva, pero también lo es la malformación pulmonar del nadador Phelps, y las estaturas extraordinarias de algunos basquetbolistas, pero solo a Semenya se le ha exigido tratar esta condición biológica, mientras que en otros atletas esto incluso se incentiva, como el tratamiento de crecimiento que recibió Messi.

Y sí, ya los estoy escuchando, que no se pueden comparar un tema de estatura con un tema hormonal, ¿y si te dijera que la estatura se debe a la genética y a las hormonas? En realidad, lo que nos genera ruido, es que hablar de género y sexualidad sigue siendo un tabú, y por tanto preferimos aferrarnos a dichos y creencias en vez de a la evidencia científica.

Ciertamente, aún falta más investigación sobre las causas. Es un tema complejo desde las ciencias biológicas, la genética e incluso la neurociencia, pero su labor sería un poco más sencilla si pudieran comunicar libre y masivamente sus hallazgos. Lamentablemente, aunque estos científicos no son enjuiciados como Galilei, el ruido homofóbico y transfóbico de las iglesias terminan por silenciar el debate y limitando la difusión de información científica sobre las diversidades sexuales.

Por eso, para contrarrestarlo, cierro esta entrega invitándote a revisar y compartir este artículo y las siguientes fuentes para iniciar un debate basado en evidencia, y no en el temor a lo diferente.

 

Algunas fuentes recomendadas:

 



[1] APA (2008)  Answers to Your Questions: For a Better Understanding of Sexual Orientation and Homosexuality. Enlace oficial (versión archivada): https://www.apa.org/topics/lgbtq/orientation 

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