La carga histórica y representativa atribuida al 12 de octubre parece exceder lo que vivieron sus protagonistas. ¿En qué momento esta fecha pasó de ser un hito geopolítico y comercial a un espacio de disputa de la memoria, la diversidad y el antirracismo?
Algunos recordarán las discusiones por los 500 años, pero en
sí, estas respondían al discurso hasta entonces hegemónico que nos proponía la
fecha como “Día de la Raza” o “Día de la Hispanidad”. Algunas personas y países
prefieren denominarlo “encuentro”, y en Perú oficialmente es el “Dia de los
pueblos Originarios y del Dialogo Intercultural” (Ley Nº 29421). Parafraseando
el proverbio africano, esos títulos fueron escritos por cazadores, no por
leones.
Dichas denominaciones aluden a un sentido positivo de los
acontecimientos que derivaron de la llegada de Colón a las américas. Pero las
consecuencias que hoy conocemos no eran inevitables, ni siquiera eran las
esperadas. Las rutas de comercio descubiertas por otro italiano, Marco Polo, no
derivaron en la colonización de Asia, en el genocidio de sus pueblos
originarios, su aculturación, ni en una trata esclavista para explotar los
recursos de los territorios “descubiertos”.
Fue la decisión política del gobierno monárquico de España
(y el de Inglaterra, y el de Portugal, y el de Francia, y el de Bélgica, y
Alemania, e Italia) la que instaló un relacionamiento desigual, deshumanizante
y explotador durante siglos, cuyas consecuencias giran en torno a la
injusticia, el racismo estructural y la desigualdad en dos continentes.
Una vez hecho este disclaimer, retomemos al análisis de los
esfuerzos de resignificación de la fecha como “Día de la Resistencia Indígena”.
Haber sobrevivido a los intentos genocidas en el Abya Yala, no
solo genéticamente, sino sobre todo culturalmente a través de expresiones espirituales,
artísticas, lingüísticas, prácticas y costumbres es resistencia. Una
resistencia que continúa hasta hoy frente a nuevos y cotidianos atentados
contra la vida y la cultura de los pueblos originarios.
Nuevamente, la lucha se centra en lo básico, en el
reconocimiento de su humanidad y ciudadanía, su derecho a expresar su opinión
política sin ser asesinados, y que sus muertes duelan como la de cualquier otro
peruano. A no ser deshumanizadas y comparadas con animales por ejercer su
ciudadanía y maternidad en simultáneo. A no ser excluidos de las artes, como si
su desarrollo y expresión cinematográfica no fuera también el desarrollo y expresión
del país.
El 12 de octubre de 1492 se convirtió en un hito de la desigualdad.
El 12 de octubre de 2023 será un día de lucha.
Comentarios