Déjame bailar: Mujer no te agredas ni con el pensamiento


Este 14 de febrero por el día del amor y la amistad se hará un acto mundial por la no violencia contra la mujer. Estamos todos y todas cansadas de la agresión sistematizada, del machismo institucionalizado, de los feminicidios y toda forma de violencia verbal, psicológica o simbólica,  del que somos víctimas las mujeres a diario. Cansadas de ser agredidas por el solo hecho de ser mujeres, y para colmo, en el nombre del amor que muchos varones aún siguen pensando absurdamente que se trata de la posesión de una persona, cual si fuera un objeto .

Hoy quiero alzar mi voz y decir que también estoy harta de la violencia que las mujeres ejercemos contra otras mujeres también en el nombre de un amor mal entendido como la posesión de un objeto, cosificando al varón. No voy a teorizar, voy a testimoniar:

Estoy harta de tener que marcar territorio como si fuera un perro, y harta de aquellas que emulando a  Alan García se comportan como canes del hortelano. Todo el machismo que las mujeres ayudamos a mantener hegemónico en la sociedad como transmisoras privilegiadas de la cultura se vuelca contra nosotras al ejercer violencia contra otras mujeres. Esta violencia la ejercemos por ejemplo cada vez que para descalificamos  a “la otra” (nótese cómo trasciende en femenino la otredad su significado sociológico) que se enamora del mismo hombre que nosotras. Violentamos a una mujer cuando la tratamos con insultos entre amigas, la calumniamos, hostigamos, validando de alguna forma así, ante los varones que puedan agredirla, pues ayudamos a cosificarla. Violentamos en varios casos extremos con llamaditas anónimas, hackeos, o incluso  en ocasiones las mujeres también llegamos a la agresión física directa o subcontratando matones, convirtiéndonos así en delincuentes en el nombre del amor.

Tal vez sea un exceso de romanticismo, pero considero que el amor debe hacer que seas una mejor persona, y poder decirle al otro no solo “te amo”, sino “amo la persona que soy al estar contigo”. Si un sentimiento nos convierte en victimarias, aún con un mal pensamiento, un mal deseo o un trabajito de curandero norteño, entonces ese sentimiento no puede ser amor.  Porque aunque el resultado no sea fatal, la pulsión de muerte está presente y se nos vuelve a todas  las mujeres como un boomerang.

No quiero que este 14 de febrero las mujeres nos pongamos de pie por una mujer en abstracto, sino por una mujer real, cercana. Hagamos un esfuerzo, pensemos en aquella supuesta rival romántica, aquella a la que odiamos y tildamos de puta para abajo y pongámonos de pie por ella para que nadie, ni una misma sea capaz de agredirla ni con la palabra ni con el pensamiento.

Sé que pido demasiado, pero en este momento para empezar con el ejemplo, estoy pensando en ellas y en que nadie las dañe como tal vez alguna buscaran dañarme a mí.


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