El plan de gobierno de Fuerza 2011 (el nombre con que el fujimorismo postula esta vez) empieza reivindicando la Constitución de 1993 diciendo que es la que ha permitido el crecimiento económico. Cuando formaron la constituyente los caballitos de batalla era reducir el gasto con menos congresistas y pena de muerte para terroristas. La única verdad ha sido y será que esa es una Constitución írrita, fruto de un golpe de estado, formulada para permitir la reelección del dictador, y aprobada mediante un referéndum con claros visos fraudulentos. En todo el documento reitera cual estribillo los “logros” de los gobiernos de A.Fujimori, y solo reconoce “errores” en el tema de corrupción.
En educación y salud se limitan a reivindicar viejos programas que fueron ineficientes y corruptos como INFES y CLAS, pretendiendo pasar por encima de los procesos de descentralización y problemas cruciales como son la educación bilingüe y rural, o las pandemias de dengue, TBC, VIH/SIDA. Para la desnutrición, también pretende retornar al viejo modelo de los Wawa Wasis y Comedores Populares, el viejo modelo que le permitió usar y chantajear a la población a cambio de uno o dos sacos de arroz. Si de refritos se trata, imposible dejar de lado al corrupto FONCODES y los US$ 6millones japoneses desviados; y para el tema de saneamiento, más concesiones, cita en la página 25 la concesión del río Chillón, ¡que está pronto a quedarse sin agua! Ver aquí.
En la página 27, sobre sector público, señala con total cuajo “El gobierno de la década de 1990 cuenta entre sus virtudes el de ser reconocido como un gobierno altamente tecnocrático” Faltó, “altamente autoritarista y persecutorio”. Su principal propuesta proteger al buen funcionario ya que, cito: “nuestra experiencia en el gobierno de la década de 1990 nos demuestra que, más allá de la indudable deuda que tenemos con el país demostrando que seremos radicales contra la corrupción, nuestro sistema no protege legalmente a los buenos funcionarios públicos” ¿Cómo Hurtado Miller quizá?
En materia de corrupción propone medidas preventivas como legislación para evitar conflictos de interés, mayor transparencia, mejor compra y simplificación administrativa. Pero NI UNA SOLA PALABRA SOBRE LA SANCIÓN A LA CORRUPCIÓN. Ni siquiera sobre mecanismos de control. Aunque, ¿alguien esperaba una propuesta seria en este rubro?
Pretende construir una agenda a y largo plazo con metas e indicadores a la que denomina “Plan de Desarrollo Nacional”. No es que K.Fujimori no sepa del Acuerdo Nacional y el actual trabajo del CEPLAN en la construcción de metas, es que desconoce los consensos fruto de la transición democrática. La sola intención de este plan revela que lo que para el resto del país han sido 10 años de crecimiento en democracia, para el fujimorismo ha sido un paréntesis que busca “subsanar”. Este plan se centra en temas de desarrollo económico, sin incluir las políticas sociales de su primer pilar de manera organizada, con lo que también queda en evidencia que dichas políticas sociales son asistencialistas, “pan y circo”, no una propuesta de integración.
Dice que impulsará la “Inclusión social y cultura ciudadana”: No, no es una broma, usa esos términos la agrupación política que atacó a los ciudadanos y que dio pie a la generación de los sectores socioeconómicos “E” y “F”. Dice que combatirá la violencia familiar a través de la conciliación ¿Keiko no sabe que la violencia es delito y los delitos no son conciliables? Seguramente no, por eso justificó las torturas a su madre.Ah!, y también proponen reinsertar a los pandilleros, fenómeno que es herencia de los 90s y de la tolerancia a la violencia que generó su gobierno para justificar matanzas como Barrios Altos.
En la página 36 se sincera un poco y dicen que implementarán mecanismos de “coerción y control”, pero en todo momento se refiere únicamente a delitos comunes, no incluye el tema de narcotráfico y corrupción a gran escala, especialidad de Vladimiro Montesinos y demás. Para la policía cita temas clave como remuneración, pero también “protección al policía honesto”. Cuando los mecanismos de protección no van acompañados de veeduría ciudadana, control y sanción (como es el caso), pueden convertirse en carta blanca para el abuso de autoridad.
Sobre macroeconomía presenta dos páginas de autobombo a A.Fujimori, y ni una palabra del asesinato a la estabilidad y derechos laborales que cometió el fujimontesinismo poco después del autogolpe. Y es que parece que se quedaron chicos, pues proponen flexibilizar aún más el empleo y que se “abaraten el costo de contratar” (página 45). Proponen promover el Sector Cooperativo, aquél que sobrevivió a las políticas aniquiladoras del cooperativismo en los 90s.
Luego se les acaba la inspiración y en menos de diez páginas hablan de más carreteras, puertos y aeropuertos; competitividad en el turismo; productividad campesina (cuando elaboren el Plan de Desarrollo Nacional, verán que hacer sobre ello); desarrollo Sostenible (fortalecer la institucionalidad ambiental como lo exige el TLC con EEUU); energía y minería, donde propone formalizar el 100% de la pequeña minería y la artesanal. ¿Y la gran minería? Que tengan responsabilidad social, sin más parámetros, ni una palabra sobre control y… se acabó el plan.
Resumen: Restaurar las instituciones corruptas, reducir aún más los derechos laborales, negar el proceso de descentralización y de transición democrática. Un modelo económico para las empresas y poderosos, con asistencialismo barato, sin educación o salud de calidad, y de yapa la posible liberación de un grupo de asesinos, incluido su líder, padre de la candidata.
El no a Keiko no es por lo que hizo su padre, es por lo que pretende hacer ella.
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