Oldies

Van algunas antigüitas que transcribí para soltar la muñeca, luego en otra entrega irán algunas actualizadas


I.
Soy una rosa silvestre
en tu jardín.
Arráncame.
Soy un billete de lotería
en tu bolsillo.
Juégame.
Soy una mariposa
en tu almohada.
Cuídame.
Soy el sol que entra por tu persiana,
la luna que cuida tus sueños.
Recíbeme:
Soy el hueso que falta en tu tórax

II.
Necesito un carro:
Estacionado afuera anunciando tu presencia.
Sobran muebles:
Donde ya no estás para ocuparlos.
El teléfono no funciona:
Solo recibe llamadas que no son tuyas.
Mi crédito no sirve:
Quiero comprar el mundo para dártelo.


III.
Admiras mi sonrisa perenne
Adoras mis prolongadas piernas
y te asombra mi rara fortaleza.

Sientes que soy tu gran maestra
Sabes mi historia interior
y te sorprendo cada día.

Disfrutas tanto mi compañía
Deseas más mi fina carcajada
Duermes feliz tras hablarme
y no dudas en mí refugiarte.

Pareces observar mi diástole
Puedes detener mi sístole
Pero todo eso de nada me sirve
pues no me quieres como quiero que me quieras




IV.
Las rosas lloran un negro rocío
sobre el asfalto blanco.
Una jauría de lobos plateados
corre acongojada al cementerio.
Tres chimpancés cantan un himno
de alegría y de pasión.
Y un viejo roble se retuerce
entre juncos de desolación.

Asisten a mi corazón enlutado,
de viudez prematura,
de un amor abortado.


V.
Una paleta con cinco pinceles
trazan en mi brazo una caricia.
Dos faros tras dos lunas
como dos luceros pardos.
Labios de cereza fresca
que quisiera morder.



VI.
Otra vez resignación
a no conocer el sabor de tus gruesos labios
a no sentir tus largos dedos en mi cuello
bajándome a través de la espalda,
y que no estrujes mis senos con tus manos
ni tener tus dientes en mi garganta.

Saber que no lameré tus manos, ni
tus vellos, ni tu vientre
y que no me faltará el aire al tú besarme.

Porque no has de besarme
no has de siquiera abrazarme
no has de quererme
no más.

Otra vez resignación
pues no notas el fuego en mis pupilas
no sientes el cariño en mi aliento
no ves mi carne chamuscarse con tu piel
no escuchas mi sangre trotando hacia ti.

Comentarios