SE HIZO JUSTICIA, ¿y ahora qué?

Foto original en: http://www.dhperu.org/index.php?link=86&pag=4


Desde que se anunció que la sentencia era condenatoria
tuve ganas de llorar, pero solo las ganas
las lágrimas nunca llegaron


El abogado de las víctimas Ronald Gamarra declara no sentir alegría; el secuestrado Gustavo Gorriti escribe no estar entusiasmado; y los ojos de la madre de uno de los estudiantes asesinados delatan lágrimas después de la conferencia de prensa. Si no es alegría ¿qué emoción es? O planteando mejor la pregunta, si no es alegría ¿por qué no lo es? ¿Por qué quienes estuvieron más cercanos al proceso no se alegran por la sentencia condenatoria a Fujimori? No es que las víctimas hayan perdido la capacidad de alegrarse. Tampoco es que se haya tratado de respuestas políticamente correctas, ocultado las verdaderas emociones. Cualquier persona medianamente cercana al proceso y a las víctimas descartaría en primera instancia ambas hipótesis, porque incluso su propia vivencia tampoco es de alegría, es de varios sentimientos encontrados, donde hay lugar para la satisfacción, la tranquilidad y la nostalgia, pero donde no pueden reinar ni la alegría ni la tristeza. No cabe la tristeza porque es un triunfo. No sobre Fujimori, sino de la justicia sobre la impunidad. Pero tampoco cabe la alegría porque encerrar 25 años a un hombre no borra todo lo sucedido: los secuestros, los asesinatos, las desapariciones, las mentiras, la impunidad, la justicia tantas veces negada anteriormente, la verdad que aún siguen ocultando. Las vidas de los familiares de los 25 asesinados, de los cuatro sobrevivientes y de los dos secuestrados cambiaron dramáticamente no solo por la pérdida, sino por la persecución y la infamia, así como la de otros cientos de familiares y sobrevivientes víctimas de la violencia que aún claman por justicia, la gran mayoría víctimas de la violencia del estado, pues quienes iniciaron la guerra, los subversivos se encuentran pagando su culpa. La sentencia tampoco es el final de una historia, sino el anuncio de una nueva esperanza y de nuevas luchas. La esperanza no es solo para las víctimas directas, sino que se extiende a todo el país, que hoy muestra cierta madurez democrática, siendo de los pocos que ha juzgado y sentenciado limpiamente a un ex mandatario por los crímenes cometidos. Esta esperanza se extiende a otros países en procesos similares. De otro lado las nuevas luchas que se anuncian son por mantener este logro, por no repetir los errores y seguir construyendo un país más justo, donde se respeten los derechos de todos y cada uno.´ Alguna vez señalé que la extradición era como llegar a un punto de la montaña desde el que se veía la cima. Todo escalador sabe que aunque es reconfortante llegar a lo alto, es solo media jornada, y para que la proeza sea completa, hay que bajar de manera satisfactoria. Así, el siete de abril empieza la jornada por bajar este Huascarán de justicia, libertad y democracia, vigilando los actuales abusos, eligiendo a mejores representantes, evitando la impunidad, impulsando justicia para todos, pero sobre todo recordando y rindiendo homenaje a quienes han permitido que hoy el Perú respire ese aire puro de dignidad y observe tanto el camino recorrido como el que resta por hacer.


Comentarios

runa ha dicho que…
Candy!!
Tu blog agregado a mis favoritos.
Toma nota delmio: http://lapalabraingenua.blogspot.com
Saludos,
Paul